Patti al banquillo


El ex subcomisario Luis Patti –confeso asesino de los militantes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, secuestrados en Rosario en mayo de 1983–, fue citado para prestar declaración indagatoria en la causa que investiga si brindó protección a un ex oficial del ejército cuando el militar estaba prófugo de la Justicia.
El diputado que no fue.
El fallido diputado enfrenta un juicio por encubrimiento a cargo del juez Ariel Lijo, quien consideró en septiembre del año pasado que el ex comisario debe “ser sometido a juicio por haber colaborado en ocultar a un militar prófugo, acusado de delitos de lesa humanidad”.
La causa de Lijo se abrió en el año 2003, como un anexo al expediente que investiga la Justicia en el marco de los desaparecidos y las víctimas de la llamada Contraofensiva Montonera. En esa causa, la Justicia ordenó el 8 de julio de 2002 la detención del teniente coronel Jorge Horacio Granada, un amigo personal del ex comisario.
El ex intendente de Escobar, es investigado y está denunciado en media docena de casos emblemáticos de la dictadura.
En esta causa se investiga según el juez si “colaboró mediante su influencia” y “poniendo a disposición una persona” en el “encubrimiento” del militar. La resolución puede jugar como agravante para la definición del futuro de su banca en el Congreso de la Nación, que está en manos de la Corte Suprema y de su actual candidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
El año pasado, Lijo expresó en el expediente que Patti prestó ayuda a una persona para que logre mantenerse en “situación de libertad clandestina”. Los datos surgieron del cruce de una comunicación telefónica entre el número celular de Granada y un celular de la Municipalidad de Escobar usado por el ex intendente. La grabación se tomó el 7 de agosto de 2003.
Durante el proceso, el ex comisario pudo hacer su descargo y dio cuenta de su versión sobre esa charla: “... Se podría decir que somos amigos...”, le dijo luego al juez para explicar por qué decidió atenderlo. Sobre la base de esa amistad, explicó, quiso brindarle ayuda e incluyó una asistencia económica. En el mismo descargo advirtió, además, que “desconocía” que su amigo estaba prófugo. Luego de aquella charla, la Justicia detuvo finalmente a su amigo Granada, momento en el que –según quedó dicho en el expediente– Patti, inconforme, intentó comunicarse con el juzgado para solicitar su alojamiento en una unidad de detención militar y no en una cárcel común.
El preso que será.
Más allá de esta, Patti es blanco de otras causas emblemáticas por delitos de lesa humanidad por su actuación en la Policía Bonaerense durante la última dictadura. Parte de esas causas son los procesos por el fusilamiento de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi y el homicidio de Gastón Gonçalves. En relación a la causa de los dos militantes asesinados en 1983, desde la agrupación H.I.J.I.O.S Rosario, interpretan que “la demora del Juez federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Russo, no son casuales, sino que intentan estirar los plazos y chicanear lo más posible, para cuidar el pellejo de Patti.” Pero también afirman que “no vamos a detener nuestro trabajo hasta que el ex comisario esté donde tiene que estar: en una cárcel común”

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