A
39 años del golpe genocida cívico y militar del 24 de marzo de 1976
Como
cada año para esta fecha, nos encontramos en este Monumento para
homenajear la lucha de los treinta mil desaparecidos, a quienes
reivindicamos como parte de una generación que se organizó
políticamente para transformar la realidad desde la defensa de los
intereses de las mayorías populares. Una generación que asumió la
militancia, la solidaridad y el amor hacia los más débiles como una
forma de vida; que no nació de la nada sino que se reconoció en una
larga tradición de lucha que se remonta a los tiempos de la
emancipación nacional; que peleó por un país sin pobreza, al
servicio de los trabajadores y el pueblo, por una patria liberada del
imperialismo y sus lacayos internos.
El
24 de Marzo de 1976 marcó un punto de inflexión en la sociedad
argentina. Interrumpió y fracturó la valiosa trama social, política
y cultural que existía hasta ese momento, y que había resistido los
intentos de hacer retroceder a los trabajadores y al pueblo, en
general, en sus conquistas sociales y políticas, obtenidas
fundamentalmente durante el primer gobierno peronista; una
resistencia popular que impedía la restauración del proyecto
agroexportador, requerido por el imperialismo y sostenido por las
oligarquías nativas para esta parte del continente.
A
fines de los años sesenta y principios de los setenta, se vivía en
la Argentina una gran vitalidad política, con una extraordinaria
multiplicación de la organización y participación popular, pese al
contexto de permanentes golpes de Estado, con sus secuelas de muerte,
torturas y cárceles.
Argentina
no estaba ajena a los procesos de liberación en América Latina. Es
por esa razón que los aliados internos del imperialismo en cada país
de nuestro continente aplicaron la misma estrategia represiva.
Utilizaron los ejércitos locales, formados estos en la escuela
francesa con la ayuda y la logística del ejército norteamericano.
El
golpe de estado del 24 de marzo del 76 fue el golpe más siniestro y
sangriento que sufrió nuestro país. Con una violencia y ferocidad
que superó cualquier experiencia anterior, pusieron en práctica las
formas más perversas de represión con la aparición de centros
clandestinos de detención, las desapariciones de los compañeros, la
apropiación de los bebés y el robo de los bienes de los detenidos
como "botín de guerra". Las víctimas eran obreros,
combatientes políticos, estudiantes, militantes sociales,
religiosos, cooperativistas, gremialistas, en suma, cualquier persona
que significara una resistencia al proyecto que pretendían
instaurar.
El
terrorismo de Estado apuntó a eliminar esa resistencia y a instalar
el terror generalizado en la sociedad, para que esta se paralice, y
así aplicar sus plan económico neoliberal.
La
dictadura destruyó industrias y provocó despidos masivos,
multiplicó geométricamente la deuda externa transformando la
economía nacional en una economía dependiente. No olvidamos que lo
único que estatizaron los privatizadores de Cavallo y Martínez de
Hoz fue la deuda contraída en el exterior por las grandes empresas.
Los
golpes de Estado en América Latina fueron también la respuesta a la
experiencia realizada por la Revolución Cubana y a la lucha por la
liberación de distintos países en el tercer mundo. La dependencia
económica trajo consigo a la dependencia cultural y política.
Nuestro país fue sometido a la peor supresión de libertad de
prensa. En ese momento se crearon las condiciones para el desarrollo
de los medios periodísticos hoy hegemónicos. Los grandes grupos de
medios, televisión y radio, defendieron permanentemente las ideas e
intereses del poder empresarial concentrado, que estuvo acompañado
por el poder eclesial, judicial, sectores políticos y sindicales.
En
los últimos años se reiniciaron los juicios a los genocidas, muchos
de ellos hoy están presos y condenados, pero demasiados continúan
procesados o sin sentencia firme con el peligro latente de que pasen
los años y sean dejados en libertad. Aquí debe mencionarse la
complicidad de la justicia que opera al servicio de la impunidad y
que se resiste a ponerse al servicio de las mayorías y a
democratizarse. No nos olvidamos que muchos represores continúan
prófugos, entre ellos muchos civiles. Ese
comportamiento del poder judicial se potencia cuando los acusados son
los grandes empresarios beneficiarios de la dictadura, de apellidos
como Blaquier, Herrera de Noble, Mitre, Magnetto o Massot.
Sabemos
que falta mucha justicia por conquistar, pero seguimos en el camino
de exigir a los jueces y a las instituciones que corresponda, que
cumplan con su deber.
En
nuestro país tenemos la satisfacción de ser el primero en el mundo
en juzgar un genocidio dentro de sus fronteras y frente a jueces
naturales, acorde al debido proceso. La lucha llevada adelante por
los organismos de derechos humanos y las organizaciones que se fueron
sumando a través de los años logró una vez más imponer la
voluntad popular, demostrando que el pueblo unido y participando
construye las herramientas para que esta democracia se profundice
cada vez más.
Gracias
a esa lucha, a lo largo de esta etapa conquistada a partir de la
derogación de las leyes de impunidad y los indultos, 970 represores
de la dictadura ha sido detenidos; 563 condenados; 889 procesados;
han habido 136 sentencias por delitos de lesa humanidad en todo el
país, 15 en la provincia de Santa Fe, 6 en Rosario.
Pero
tenemos una larga lista de reclamos para esa esa Justicia. Reclamamos
la urgente aceleración de las causas y que éstas sean unificadas
para que los compañeros sobrevivientes no sean sometidos decenas de
veces a revivir el horror. También debemos señalar, como lo hicimos
el año pasado, el comportamiento cómplice de algunos magistrados
como el juez Carlos Villafuerte Ruzzo que demora los juicios y ampara
a represores como Víctor Chuly Rodríguez, a quien en vez de enviar
a la cárcel permite viajar para hacer un Cruce de los Andes donde
mancilla la bandera nacional y la imagen del general San Martín. En
las próximas semanas comenzará el juicio oral y público por los
secuestros de los compañeros Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra
Rossi, del cual Chuly Rodríguez zafará por ahora gracias a los
favores de Villafuerte Ruzo. Por eso hoy volvemos a insistir con su
juicio político y destitución.
Cada
24 de marzo queremos recordar a aquellos compañeros que formaron
parte de esta lucha y que hoy están en nuestra memoria. Queremos
recordar especialmente a los testigos Jorge Julio López y Silvia
Suppo, para quienes no dejaremos jamás de reclamar justicia por su
desaparición y asesinato.
Por
estos días se encuentra en su etapa final el juicio por el asesinato
Silvia Suppo, la testigo de la causa Brusa. Y aquí queremos ser
contundentes para expresar nuestro completo respaldo al reclamo de
los compañeros del espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo,
quienes demandan un juicio en el que se investigue el hecho como un
crimen político, y no como un homicidio cometido en medio de un mero
robo común como el que se está realizando.
El
genocidio fue social, político, cultural y económico. Por eso
apoyamos el reclamo en ese sentido realizado por los socios de la
Biblioteca Constancio C Vigil, quienes exigen que sean juzgados los
delitos cometidos contra esa popular institución saqueada por la
dictadura.
Durante
décadas los juzgados han desconocido que los delitos cometidos por
los represores del terrorismo de Estado contra los colimbas y
soldados de Malvinas son crímenes de lesa humanidad. Recientemente
en un fallo vergonzoso, la Corte Suprema de la Nación rechazó el
reclamo de los excombatientes para que esos delitos sean declarados
imprescriptibles.
Queremos
remarcar la importancia de que los juzgados no invisibilicen los
delitos sexuales cometidos contra detenidas y detenidos políticos.
En esa misma dirección acompañamos el reclamo para denunciar el
especial ensañamiento de los genocidas con los militantes de la
comunidad LGTB. En numerosos testimonios surgidos a lo largo de los
juicios a los represores, aparecen manifestadas esas situaciones, del
mismo modo que ocurrió con aquellas personas pertenecientes a la
colectividad judía, o a los Testigos de Jeová por dar otro ejemplo.
La
dictadura fue militar, pero también civil y clerical. Fue un plan
genocida dirigido hacia el conjunto de la sociedad, que para
imponerse se propuso como objetivo militar primordial eliminar a las
organizaciones gremiales, políticas y sociales. Los desaparecidos en
su amplia mayoría pertenecían a movimientos, sindicatos, partidos y
agrupaciones. Por esa misma razón reivindicamos e impulsamos la
participación y la militancia como herramienta para producir los
necesarios cambios sociales. Desde
esa convicción, no podemos dejar de sentir como propia la pérdida
de cada militante social como ocurrió con Jere, Patom y Mono del
Frente Darío Santillán (cuyo juicio ejemplar celebramos junto a sus
compañeros); o Mercedes Delgado, de las comunidades eclesiales de
base del barrio Ludueña, para quien exigimos Justicia. Del mismo
modo nos pronunciamos ante las amenazas e intimidaciones a los
integrantes de organizaciones territoriales como los compañeros del
centro cultural Comunidad Rebelde de Villa Banana.
En
este contexto reiteramos la especial preocupación que genera el
crecimiento de la violencia, vinculada al fenómeno de la
narcocriminalidad y sus vínculos con las fuerzas policiales, que
expone la vida de aquellos que ponen el cuerpo allí donde el Estado
no está presente. Así como nos alarman las propuestas de los
sectores que reclaman mano dura, o que impulsan la represión y
persecusión contra las organizaciones populares; que tienen como
contracara linchamientos como el de David Moreira o hechos de
violencia institucional, como la desaparición y muerte del joven
Franco Casco en la comisaría séptima de Rosario.
El
sueño de los primeros hombres y mujeres que lucharon por una patria
grande, unida y antimperialista, como San Martín, Bolivar y Artigas,
levantado como bandera por tantas generaciones a través de nuestra
historia, ha vuelto a revivir en esta última década en nuestros
países. Los importantes avances y conquistas obtenidos a lo largo y
ancho del subcontinente, no pueden entenderse sino en el marco de ese
proceso de integración de los pueblos, los cuales no están exentos
de poderosos opositores de adentro y de afuera que apuestan a
desgastar estos proyectos, y cuyas acciones destituyentes se han
hecho más visibles este último año.
En este punto no podemos dejar de subrayar los intentos
desestabilizadores en toda la región, contra gobiernos democráticos
elegidos por el voto popular, que tienen en Venezuela, Brasil y
Argentina, su punto más álgido. Apuntalar
con fuerza esta etapa, camino hacia una segunda y definitiva
independencia sudamericana, será una de las mejores reivindicaciones
que podamos hacer a los 30 mil desaparecidos.
A
pesar de esos pasos dados hacia adelante, aún sufrimos graves
consecuencias del neoliberalismo instaurado por los genocidas y
profundizado como nunca en la década de los noventa. El fin de la
pobreza, la trata de personas, la inclusión de todo los sectores
sociales, la reforma profunda de las policías, fuerzas de seguridad,
sistemas penitenciarios y servicios
de inteligencia;
la democratización de la comunicación, la justicia y la tenencia
segura de la tierra; el derecho al aborto legal, seguro y gratuito,
la nacionalización de todos los recursos naturales y su manejo
ambientalmente sustentable, la reparación histórica para nuestros
pueblos originarios, la ampliación de derechos de los trabajadores,
son algunos de los tantos caminos que tenemos seguir transitando y
para los cuales debemos aprender de la experiencia histórica
acumulada; pero siempre desde la comprensión de que la realidad se
cambia con la organización colectiva y la participación política.
Consignas
30
mil compañeros desaparecidos, presentes! ¡No olvidamos, no
perdonamos, no nos reconciliamos! ¡Restitución de los hijos de
desaparecidos apropiados por los genocidas! ¡Juicio y castigo para
todos los responsables del terrorismo de Estado y sus cómplices!
¡Sentencia firme para todos los condenados en Argentina por delitos
de lesa humanidad! ¡Exigimos la aceleración de las causas por
crímenes del terrorismo de Estado que todavía duermen en los
tribunales! ¡Exigimos la destitución del juez federal Villafuerte
Ruzzo!
¡Exigimos
juicio y castigo para los responsables materiales y políticos de los
asesinatos de Juan Alberto Delgado, Rubén Pereyra, Ricardo Villalba,
Walter Campos, Yanina García, Graciela Acosta, Claudio Lepratti,
Graciela Machado y Marcelo Paccini, cometidos en por la policía de
Reutemann en diciembre de 2001!
¡Repudiamos
todo acto amedrentamiento, persecución y espionaje a organizaciones
sociales y populares!
¡No
a la judicialización y criminalización de la protesta! ¡Cierre de
todas las causas abiertas contra luchadores!
¡Repudiamos
los fallos judiciales en las causa Papel Prensa, Massot y Blaquier!
¡Por
la aplicación plena y sin cautelares judiciales de la Ley de Medios!
¡Exigimos
el Juicio y Castigo a los responsables materiales y políticos de los
asesinatos de todos los militantes sociales, políticos y gremiales!
¡Exigimos justicia para todas las víctimas de violencia
institucional!
¡Justicia
para Franco Casco!
¡Exigimos
el cierre del IRAR!
¡Exigimos
al Estado del Vaticano la apertura de sus archivos secretos de la
represión asesina en Argentina y que sean entregados al pueblo
argentino!
¡Exigimos
justicia y el esclarecimiento de la desaparición y asesinato de los
testigos de juicios contra los genocidas Jorge Julio López y Silvia
Suppo!
En
este año, en el que se elegirá un nuevo presidente: ¡exigimos a
los candidatos el compromiso público para dar continuidad de los
juicios a los genocidas!
¡No
a los golpes institucionales contra los gobiernos populares de
latinoamérica! ¡Viva la patria grande!
¡HASTA
LA VICTORIA SIEMPRE!!
ESPACIO
JUICIO Y CASTIGO ROSARIO, 24 DE MARZO DE 2015.
ADHIEREN
AL ACTO:
Madres del Plaza de Mayo
Familiares de desaparecidos
Asamblea
por los Derechos del Humanos (APDH)
Colectivo
de ex presos políticos y sobrevivientes
H.I.J.O.S.
Asociación
de ex presos políticos HEROES DE TRELEW.
Espacio
Verdad y Justicia por Silvia Supo
Mesa
de la Memoria por la Justicia de San Nicolás
CTA
de los trabajadores de Santa Fe
CTA
de los trabajadores Regional Rosario
Amsafé
Provincial
CGT
Nacional - Secretaría de Derechos Humanos
Federación
Argentina de telecomunicaciones – Fatel – Sitratel
Movimiento
Evita
Juventud
Peronista Evita
Frente
de Mujeres del Movimiento Evita
La
Cámpora
Instituto
de Salud Floreal Ferrara
Fundación Corriente Cultural 1380
Centro Cultural La Chamuyera
Instituto Justicia Democrática
Movimiento GIROS
Frente Popular Darío Santillán
Ciudad Futura
Juventudes Socialistas de Rosario
La Junta Provincial del Partido Socialista
Partido Solidaridad e Igualdad
Corriente
Peronista Descamisados
Cooperativa
de trabajadores en lucha La Toma
El
Puente en La Toma
Comisión
Gremial
Centro
Cultural La Toma
Cátedra
Libre Oscar Massota
Fundación Igualar
Fundación Igualar
Rosario
para la Victoria
Culb
Atletico Newell' Old Boys
Departamento
de filiales
Departamento
Solidario jornada de cancha de todos lados todos los barrios
Agrupación
Militancia Leprosa
Movimiento
de Pertenencia Leprosa
Agrupación
gremial Trabajadores por la transformación judicial
Nuevo
Encuentro
Agrupación
La Masotta
Sindicato
de Prensa Rosario
Club
Atlético Rosario Central
Agrupación
Crece
Encuentro
de producción Docente/Graduados de la facultad de psicología
Coordinadora
Mujeres de Negro Argentina
Agrupación
de Psicólogos COLEGIO ABIERTO
Federación
de Estudiantes Secundarios
Unión
de Estudiantes Secundarios
Movimiento
Terciario Evita
Movimiento
Universitario Evita
Agrupación
"Rodolfo Ortega Peña". Facultad de Derecho
Frente
Universitario Popular. Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y
Agrimensura.
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